Vivimos en un mundo donde cada día se van perdiendo los valores y la fe en Dios. Queremos olvidarnos de Dios y solo creer en el hombre, en la ciencia. Pero ¿cuánto puede hacer la ciencia? ¿Puede la ciencia superar al creador de todo? La respuesta es simple, NO. Esto es porque solo Dios nos puede dar el espíritu de vida, el espíritu de sabiduría y conocimiento y sobre todo el espíritu de valor que vive en nosotros y ni siquiera nosotros lo sabemos.
La mejor manera de entender lo antes mencionado es examinando la película, “Enfrentando a los Gigantes”.
En esta película se manifiestan los diferentes carismas que Dios nos da a través del Espíritu Santo. Quizá esta sea una de las mejores películas motivacionales que existe, en ella se refleja la lucha de un entrenador, el cual tiene que enfrentar muchas dificultades. Dicha película pone de manifiesto la motivación (espíritu de motivación), ella es el motor que guía a las personas a obtener el triunfo. Es necesario hablar de Motivación como esa voluntad para hacer un esfuerzo, por alcanzar las metas propuestas, condicionado por la capacidad del esfuerzo para satisfacer alguna necesidad personal.
Algo que caracteriza al equipo es su gran negatividad ante los retos, cosa que motiva al entrenador a crear una nueva estrategia para sacar al equipo hacia adelante. Pero su gran triunfo vino cuando aceptaron a Jesús como su salvador y desde ahí perdieron el miedo y así comenzaron a obtener buenos resultados.
La clave principal radica en su líder, el cual se deja guiar por la voluntad de Dios y así comienza a realizar un proceso de comunicación asertivo, con un seguimiento y control, marcando pautas inspiradas a impulsar el máximo potencial físico y mental. La autoridad convincente se demuestra de forma sensitiva, participativa y de un gran apoyo.
“Los retos de la vida serán alcanzables si se lucha con gran esfuerzo y motivación”.