Señor, por los que sufren, Señor, por los que lloran, por los niños huérfanos, que en la miseria están; por los que viven tristes, por los que nunca oran, por los que no te aman, por los que no te adoran, ¡piedad, Señor, piedad! Señor, por los enfermos; Señor, por los mendigos, por los que en las tinieblas de la ignorancia están; por los que nada tienen, ni pan, ni hogar, ni abrigo, por nuestros bienhechores, por nuestros enemigos; ¡piedad, Señor, piedad! Piedad por los inválidos, piedad por los ancianos, por los hogares tristes, donde el amor no está; por los que en Ti no creen, por los que son paganos, por todos los que mueren, por todos los humanos, ¡piedad, Señor, piedad!