Primero. En este momento tranquilo, antes de acostarme, te entrego mis pensamientos, mis alegrías y mis preocupaciones. Sé mi guía en la oscuridad de la noche y permíteme descansar en la certeza de tu cuidado.
Segundo. Renueva mi mente y mi espíritu mientras duermo que tus sueños para mí sean mayores que los que pueda imaginar para mí mismo. Que tu paz llene mi corazón y disipe cualquier ansiedad.
Tercero. Te encomiendo a mis seres queridos y a todos aquellos que necesitan tu consuelo esta noche, que tu luz brille sobre nosotros y que podamos despertar renovados y agradecidos por tu amor y gracia.
En el nombre de Jesús, Mi Salvador, confío mi descanso a tu poderosa mano. Amén.